lunes, 5 de julio de 2010
Enzo FRANCESCOLI
Delantero y enganche. Nació el 12/11/1961 en Montevideo, Uruguay.
El Príncipe. Ídolo entre los ídolos de River, es un símbolo. Uno de los momentos que sintetizan su estatura lo protagonizó el 8/2/1986, en Mar del Plata, cuando con una chilena hermosa bajó la cortina de un épico 5-4 sobre Polonia. Esa noche metió tres goles y se convirtió definitivamente en el Príncipe.
En 1983, tras largas negociaciones entre los dirigentes del Wanderers uruguayo (cuyos socios resistían la venta) y el presidente de River, Rafael Aragón Cabrera, Enzo fue transferido al club en 370.000 dólares. Sin embargo, no tuvo un comienzo feliz. El club estaba caído económica y futbolísticamente y tuvo la gran responsabilidad de reemplazar a Alonso, uno de los que lo recomendaron. Además, el DT Cubilla lo ponía como volante por derecha, puesto en el que no justificaba sus antecedentes. Y hasta le costaba adaptarse al ritmo de Buenos Aires. A pesar de esto, El Príncipe, como lo bautizó el relator uruguayo Víctor Hugo Morales, comenzó a cautivar a los simpatizantes. Fue el máximo goleador del Metro 84 y condujo al equipo a la final del Nacional. Un año después, recibió el Olimpia de Plata (volvería a ganarlo en 1995) y el Balón de Oro. Pero faltaba lo mejor para meterse en el bolsillo a la gente. En la temporada 85-86 fue nuevamente el goleador (con 25 gritos) y River se consagró campeón.
En aquella primera etapa dejó su fina estampa grabada en el hincha, aunque no pudo disfrutar de lo que siguió: la Libertadores y la Intercontinental. Fue vendido al Matra Racing de París (Francia) en casi dos millones y medio de dólares. Medido a la hora de efectuar declaraciones, Enzo siempre fue respetado por las hinchadas rivales y su excelente imagen le sirvió para encabezar diferentes campañas solidarias. En 1994 volvió al club tras su paso por Francia e Italia. Y no tardó en levantar de nuevo a la gente. En el Apertura 94 fue el líder del campeón invicto y goleador del torneo con 12 tantos. Entre sus grandes momentos quedó el 3-0 a Boca en la Bombonera, donde convirtió de penal el primer gol. En 1996 cumplió el sueño que había dejado pendiente: la Copa Libertadores, con Ramón Díaz como entrenador. Ya sobre el final de su carrera, fue parte del tricampeonato (Apertura 96-Clausura 97-Apertura 97) en un River brillante, que ganaba y daba espectáculos. Cuentan que la noche de la derrota por la Intercontinental con la Juventus, en Tokio, Enzo lloró y empezó a meditar la decisión que tomaría un año después: el retiro. Lo concretó en febrero de 1998, y el 1/8/1999, con el estadio Monumental lleno, se jugó su partido despedida, contra Peñarol.
Se convirtió en comentarista para la televisión (en el ciclo "El equipo de Primera" y en transmisiones de partidos). Como empresario (con Paco Casal y Nelson Gutiérrez) fundó la empresa Tenfield, que obtuvo los derechos por diez años para televisar el fútbol en el Uruguay. En el 2002, Enzo asumió como asesor deportivo de River hasta que a mediados de año decidió irse a vivir a Miami.
El Príncipe dejó para siempre su huella en el Monumental, pero la Banda también quedó grabada a fuego en su pecho. El mismo Enzo, después de colgar los botines, reconoció su fanatismo por River: "Cuando estoy en el exterior, llamo enseguida para enterarme de cómo salió River. Y cuando miro un superclásico por TV, me pongo muy nervioso, mal". Por eso el estadio se llenó hasta el último rincón el día de su despedida, porque los hinchas sabían que lo iban a extrañar, pero que él siempre estaría junto al Millonario. Por eso vinieron todas las estrellas, hasta el chileno Marcelo Salas, en pleno auge de su carrera europea. Por eso estalló la emoción cuando sus dos pequeños hijos, Marco y Bruno, jugaron unos minutos de aquel partido. Por eso volvió a brillar el césped cuando demostró que su fantasía es eterna en la Fiesta del Centenario y les regaló algunos caños y taquitos a la tribuna.
Dejó una marca muy fuerte entre la gente. La veneración que despertó se vio reflejada ante la aparición de cada nuevo ídolo. Todos se morían por hacer una nota con él. Hoy y siempre, el gran Enzo.
Trayectoria
1978—1982 Montevideo Wanderers (Uruguay)
1983—1986 River Plate (Argentina)
1986—1989 Racing Club de París (Francia)
1989—1990 Olympique de Marsella (Francia)
1990—1993 Cagliari (Italia)
1993—1994 Torino (Italia)
1994—1997 River Plate (Argentina)
1983-1995 Selección Uruguaya Mayor
Números en River
237 Partidos jugados
198 Partidos locales
39 Partidos internacionales
136 Goles
115 Locales
21 Internacionales
7 Títulos (85-86, Apertura 94, Libertadores 96, Apertura 96, Clausura 97, Supercopa 97 y Apertura 97)
domingo, 4 de julio de 2010
Ricardo Enrique BOCHINI
Enganche. Nació el 25/01/1954 en Zárate, Argentina.
El Bocha. Su carrera como futbolista comenzó en el año 1972 jugando para el Club Atlético Independiente, único club en el que estuvo, donde con el paso del tiempo se fue transformando en el máxico ídolo de la historia de ese club, sin que nadie puede sacarle ese lugar hasta la fecha.
Bochini debutó en cancha de River Plate, cuando a los 74 minutos Pedro Dellacha dispuso que con sus 18 años ingrese con la casaca roja y comience su idilio con la gente de ese club.
Su característica principal no fue la de ser un goleador, sino la de asistir a sus compañeros con toques sutiles para que estos conviertan. Aún asi conviritió 97 goles en sus 638 partidos defendiedo la camiseta roja.
Su forma de juego ayudó a convertir en goleadores a una gran cantidad de jugadores que tuvieron la suerte de tenerlo a su lado como Ruiz Moreno, Norberto Outes, Daniel Astegiano, Marcelo Reggiardo, Carlos alejandro Alfaro Moreno o Antonio Alzamendi.
Sus logros fueron muchos y variados: consiguió los Torneos Metropolitanos de los años 1972 y 1983, los Torneos Nacionales 1977 y 1978 y el Campeonato 1988/89 como títulos locales. Lo más destacado del "Bocha" se ve en ámbito internacional, donde se consagró en la Copa Libertadores de los años 1972, 1973, 1974, 1975 y 1984, Copa Interamericana de los años 1973, 1974 y 1975 y las Copas Intercontinentales de 1973 y 1984. Por todo esto se afirma que Bochini es un icono en la institución de Avellaneda.
Además Bochini se encuentra en el grupo selecto de jugadores argentinos Campeones del Mundo, ya que formó parte del plantel de Mexico 1986, donde no tuvo una participación activa, solamente ingresó unos minutos en el partido ante Bélgica
y tuvo el gusto y agrado de tirar unas paredes con Diego Armando Maradona, y recibir un alago del mejor de todos los tiempos: "dibuje maestro" fue lo que salió de la boca de Maradona, quien en su infancia tuvo como idolo al jugador que mejor defendió la camiseta número 10 de Independiente a lo largo de toda su historia.
Bochini se retiró del fútbol profesional el 5 de mayo de 1991, cuando Independiente empató 1 a 1 ante Estudiantes de La Plata, donde sufrió una seria lesión provocada por Pablo Erbin, poniendole punto final a una exitosa carrera como jugador de fútbol.
Trayectoria
1972—1991 Independiente (Argentina)
1977-1986 Selección Argentina Mayor
Números en Independiente
634 Partidos jugados
97 Goles
17 Títulos (Metro 71, Libertadores 72, Libertadores 73, Interamericana 73, Intercontinental 73, Libertadores 74, Interamericana 74, Libertadores 75, Interamericana 75, Nacional 77, Nacional 78, Metro 83, Libertadores 84, Intercontinental 84, Copa Mundial de Fútbol 86, Primera División 88-89)
Por Ezequiel Capitanio.
Zinedine ZIDANE
Zizou. A Zinedine Zidane se lo ha considerado en más de de una ocasión el mejor futbolista del viejo continente, y esto se ha puesto en evidencia más de una vez siempre que se lo premió y que se pudo apreciar su exquisita calidad de juego de parte de uno de los mejores jugadores del mundo de los últimos 12 años.
En principio se pudo empezar a reconocer las facultades de Zidane con la pelota durante el Mundial de Francia 98 donde condujo a su selección francesa con su juego a la gloria de conseguir la Copa del Mundo y dos años después, con la misma base, la eurocopa del año 2000.
Zizou nació en Marsella (Francia) el 23 de junio de 1972. Sus padres Ismail y Malika eran del pueblo de Aguemone, en la región Kabylie de Argelia del Norte. Fue el más joven de 5 hijos: Djamel, Farid, Nourredine y Lila, que crecieron en La Castellane, un complejo de viviendas patrocinado por el gobierno, en los suburbios del norte de la ciudad (el Quartier Nord).
Su carrera empezo en su país, Francia, donde debutó en el AS Cannes con 17 años para luego pasar al Girondins Burdeos donde permaneció durante cuatro años hasta que dio su gran salto futbolistico pasando en 1996 a la Juventus de Italia donde demostró al mundo todo su potencial que hasta allí tenía. En la Juve jugó hasta el año 2001 donde después de encantar a toda Europa durante el Mundial de Francia y la Eurocopa, el Real Madrid se lo llevó a su equipo de galacticos, como se bautizó a esa plantilla de jugadores que completa integraba a Zidane, Ronaldo, Beckham, Raul, Roberto Carlos, Figo y Owen entre otros. La casa blanca lo compró en un pase récord para ese año en 75 millones de euros. Alli Zinedine jugó hasta su retiro en el año 2006.
En la selección francesa siempre fue desde el principio un estratega y armador del juego. Los equipos que supieron brillar en la cancha siempre trabajaron su estilo alrededor del mágico Zizou que le dio grandes alegrías a todo el país. Llevó a Francia a la conquista de su primer título mundial en 1998 y a consagrarse en la Euro del 2000 donde en ambos equipos integró plantel con jugadores como Henry, Trezeguet, Vieira, Thuram, Barthez, Pires, Petit y Deschamps.
Su momento de gran decepción con su selección fue en el Mundial de Corea-Japon 2002 donde Francia se despidió en la primera ronda y luego de dicha frustración anunció su retiro del equipo. Por suerte para el mundo de la redonda se arrepintió de su decisión y decidió volver para defender a Francia durante el Mundial de Alemania 2006 conduciendo nuevamente a la final al equipo con su juego maravilloso.
Casualmente su última imagen en una cancha fue en esa final ante Italia donde finalmente les blues cayeron derrotados en los penales y queda como hecho preponderante la expulsión de Zidane por darle un cabezazo al defensor Marco Materazzi. Si bien fue el ocaso más triste de una estrella impresionante, esto no impidió que se premiara a Zizou como el mejor jugador del campeonato.
Zidane desparramó gran volumen de juego en un estadio de fútbol, dueño de una inteligencia superior para los pases, las habilitaciones, siempre dandole un toque de lujo a su juego con definiciones magistrales y con una calidad humana que no todo jugador posee y que trasciende todas las barreras haciendolo un ser querido masivamente. Siempre se recordará a este director de orquesta, que hoy ya retirado, sigue vigente y fascinando con su ejemplar humanidad.
Trayectoria
1988-1992 As Cannes (Francia)
1992-1996 Bordeaux (Francia)
1996-2001 Juventus (Italia)
2001-2006 Real Madrid (España)
1994-2006 Selección Francesa Mayor
Números
779 Partidos jugados
151 Goles
13 Títulos (Copa Intertoto de la UEFA 95, Copa Intercontinental 96, Supercopa de Europa 96, Serie A 97, Serie A 98, Copa Mundial de Fútbol 98, Copa Intertoto de la UEFA 99, Eurocopa 00, Liga de Campeones de la UEFA 02, Supercopa de Europa 02, Copa Intercontinental 02, Liga española 03, Supercopa de España 03)
Por Nicolas Irrazabal
Daniel Alberto PASSARELLA
Marcador central. Nació el 25/5/53 en Chacabuco (Buenos Aires).
El Gran Capitán. Kaiser. Uno de los emblemas de River y de la historia del fútbol argentino. Imponía su gigantesca personalidad y recursos de ganador nato. Fue un defensor impasable, pero le sobraba paño para hacer su trabajo en el fondo y llegar también al arco rival. Es así como con sus potentes remates (en penales o tiros libres) y su enorme capacidad de salto, se convirtió en el defensor más goleador del profesionalismo. Era derecho pero por un accidente que sufrió cuando era chico en esa pierna tuvo que dedicarse a patear con la zurda. De tanto darle y darle, perfeccionó el control de la pelota con la izquierda hasta hacerla su pierna más hábil. Su mentalidad dominante llamó la atnción en Sarmiento de Junín, cuyo técnico, el tucumano Raúl Hernández (ex marcador de punta riverplatense), le abrió las puertas del Monumental, al recomendárselo a su amigo Pipo Rossi, que manejaba la Primera. Llegó a comienzos de 1974, justo antes de un superclásico amistoso. Fue cuando Pipo le hizo una pregunta: ¿Se anima a debutar contra Boca?" Respuesta bien de Passarella: "Yo sí. Hay que ver si usted se anima a ponerme..." Esa noche jugó de tres y borró de la cancha a Mané Ponce. Su fuerte carácter le traería algunos problemas con el técnico posterior, Ángel Labruna. El Feo prefería que Ártico jugara de 6 y Daniel de 3, pero éste se negaba porque quería ir a la cueva. La pulseada la ganó Passarella en el Nacional 75, aunque debió ver desde el banco la consagración en el Metro. Desde el año siguiente fue pieza fundamental del River arrasador de aquellos años, con Alonso, Fillol, Jota Jota López, Ramón Díaz, Tarantini, entre otros fenómenos. Incluso muchas veces terminaba como goleador del equipo, a pesar de su posición en el fondo de la cancha. Dos veces, contraAltos Hornos Zapla (1974) y Racing (1976) convirtió tres goles en un mismo partido. Boca lo sufrió en carne propia con 5 goles (4 de penal y 1 de tiro libre) y éstos siempre sirvieron para ganar o empatar.
Se hizo inmensa su gravitación en la Selección de Menotti que ganó la Copa del Mundo en el 78, que él levantó como cápitan en la jornada consagratoria frente a Holanda. "Es el mejor jugador del mundo" dijo Menotti por entonces. Su dureza en la marca a veces se desviaba hacia algunos excesos, como un codazo que ligó Sergio Villar, de San Lorenzo. Tras el Mundial 82 se hizo imposible para River retenerlo y partió a Italia para jugar primero en la Fiorentina, quién pagó 2,5 millones de dólares por su pase, y luego en el Inter, donde resultó el defensor que más goles metió en una sola temporada (11 en la 85/86) y convirtiéndose en uno de los mejores jugadores que hayan pisado la institución.
Enfrentado con Bilardo, DT de la Selección, fue clave en la clasificación para México 86, aunque un problema estomacal le impidió jugar el torneo.
Igual Passarella tiene la particularidad de ser el único jugador argentino en estar en los dos planteles argentinos Campeones del Mundo. Él lo recuerda diciendo: "En Argentina hay 44 medallas de Campeones del Mundo para 43 jugadores".
Boca intentó repatriarlo en 1988. Pero el Kaiser dijo "no" y volvió a River, de la mano de Menotti. Sin tiempo de preparación, no mostró lo mejor en la primera rueda, pero en la segunda volvió a ser crack. Se quedó en las puertas del gol 100en el fútbol local: habría alcanzado ese número si Juan Bava no le hubiera anulado mal un golazo a Boca, en la Bombonera, en 1989. Meses más tarde, su último partido fue un 2-1 a Boca, por La Liguilla, clasificando a River para la definición con San Lorenzo por un pase a la Libertadores, aunque no terminó el partido porque el mismo árbitro, Bava, lo expulsó.
Trayectoria
1971-1973 Sarmiento de Junín (Argentina)
1974-1982 River Plate (Argentina)
1982-1986 Fiorentina (Italia)
1986-1988 Inter (Italia)
1988-1989 River Plate (Argentina)
1976-1986 Selección Argentina Mayor
Números en River
331 Pertidos jugados
298 Partidos locales
33 Partidos internacionales
103 Goles
99 Locales
4 Internacionales
7 Títulos (Metro 75, Nacional 75, Metro 77, Metro 79, Nacional 79, Metro 80, Nacional 81)
Campeón Mundial Argentina 1978
Campeón Mundial México 1986
Es considerado por la FIFA como uno de los mejores defensores y jugadores sudamericanos de todos los tiempos.
Detrás del holandés Ronald Koeman, es el segundo defensor más goleador de la historia con 134 goles en 451 partidos oficiales.
Es la quinta persona en el mundo en ser jugador, director técnico y presidente de un club, como Santiago Bernabeu, Franz Beckenbauer, Eduardo Pimentel y Carlos Babington.
Amadeo Raúl CARRIZO
Arquero. 1945/68. Nació el 12/6/26 en Rufino (Santa Fe).
El más grande arquero argentino de todos los tiempos. Con los años, su nombre de pila remitió inmediatamente a él por su enorme popularidad y prestigio. Fue un fenómeno que revolucionó la manera de cumplir su función. En esa época el arquero jugaba sólo debajo de los palos, hasta que apareció él, con su estilo salidor, de hombre que achica espacios, el que corta como si fuera un zaguero. Así lo contó: "En mi época era impensable que un arquero utilizara los recursos de cualquier jugador de campo: yo gambeteaba, anticipaba, sacaba rápido con el pie o con la mano para armar el ataque. Así arrancaban muchas jugadas que terminaron en gol". Claro, había empezado de centrodelantero en su Rufino natal. Le pegaba muy bien a la pelota y, además, trataba de interpretar cómo iba a evolucionar la jugada de un delantero rival. Dominaba el área. Y también atajaba penales, para los que tenía su técnica: "Mi secreto era amagarle al delantero". Innovador, anticipado al futuro, fue el primero en usar guantes especiales (en 1957, lo adoptó de un viaje a Italia, donde ya algunos colegas los utilizaban). Es, también, el inventor audaz que un día, contra Racing, se puso delante de la barrera ante un tiro libre indirecto cercano a su valla, y tapó después el remate franco a Corbatta.
Tuvo duelos imborrables con algunos delanteros, porque naturalmente todos querían enorgullecerse de haberle hecho algún gol al gran Amadeo. Pasó con Borello, Sanfilippo, Picot, más algunas picardías que intentaron Ángel Rojas y Carone. Sufrió el bajón de Suecia 58, con la Selección, pero recuperó su gigantesca estatua futbolística en el 64 cuando, contra el Brasil de Pelé, le atajó un penal a Gerson, dio una lección magistral, terminó con la valla invicta ante importantes rivales a nivel internacional (Inglaterra, Brasil y Portugal) y Argentina se quedó con la Copa de las Naciones.
Hubo un partido clave en su carrera, con derivaciones contrastantes: se afirmó como ídolo total en River y engendró un odio bostero para toda la vida. El episodio fue su gambeta a Borello, después de anticiparlo, en el partido de 1954 que River ganó 3-0.Pareció una canchereada, pero él así la justificó: "Salí a anticipar y me fui del área; Borello quedó detrás de mí, cerca del arco. Como vi un espacio, me abrí, él vino de atrás y yo le amagué pero me fui por el otro lado. Me quedé de frente a mi arco. No iba a volver al arco para tirarme arriba de la pelota como un idiota... Habría sido un papelón. Entonces seguí la jugada y se la di a Vernazza".
Desde entonces, no fueron cómodas sus actuaciones de visitante contra Boca. Que Valentim, que el nerviosismo por las provocaciones... Se la tenían jurada desde aquella vez que le hizo pasar vergüenza a Borello. Si al día siguiente le pintaron el frente de su casa con insultos y le arruinaron su auto...
Su último superclásico, en 1968, lo jugó a full, con una actuación sensacional en un partido que quedó en la historia también porque, a la salida, ocurrió una tragedia en la que murieron 73 espectadores, apiñados en la Puerta 12 del Monumental. También fue el día en que Ángel Rojas le sacó la gorra a Amadeo antes de comenzar el partido. Sólo resultó una anécdota magnífica por la grandeza de un ídolo como él, quien cumplía la última temporada de su impresionante carrera en River. Ese año batió el récord de permanencia con la valla invicta: 769 minutos, que se cortaron contra Vélez. El partido se paró para honrar al viejo maestro del arco con un abrazo colectivo. Fue un merecido premio tras 23 años de carrera.
Se fue de River en diciembre, con 42 años y un pase libre que le permitió jugar dos temporadas en Millonarios de Colombia, donde también estableció un récord invicto (490 minutos). Su sentimiento riverplatense lo ha acompañado siempre en su retiro. Su vinculación oficial con el club la desarrolló en el departamento de relaciones públicas, y hasta en edad avanzada se daba el lujo de calzarse los guantes en partidos de homenaje que convocaban a las máximas glorias de la historia millonaria.
Amadeo fue un hombre que trascendió largamente la cancha y los 90 minutos. Su pinta hacía que las mujeres se interesaran por el fútbol. En medio del partido solía tirarle besos al sector femenino, que se derretía en suspiros. "Cuando yo me retiré, desapareció esa platea". Era un personaje.
Ya retirado, desandó las pasarelas, con su 1,90 metro. Le dedicaron un tango y él dedicó cientos de dibujos de su propia mano. No sólo había sabido atajar: logró transmitir sus conocimientos en un libro y hasta definió como nadie la enorme responsabilidad de atajar para la Banda: "El arco de River es el más grande del mundo".
Trayectoria
1945-1968 River Plate (Argentina)
1969-1970 Millonarios de Bogotá (Colombia)
Números en River
545 Partidos jugados
521 Partidos locales
24 Partidos internacionales
7 Títulos (Torneo 1945,1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957)
18 Penales atajados
768 minutos con la valle invicta (en 1981, Barisio le quebró la marca)
Es el mejor arquero Sudamericano del Siglo, según la FIFA.
Escribió 2 libros , con ayuda de alfredo Di Salvo: "Amadeo, el arte de atajar" y "Amadeo Carrizo".
El más grande arquero argentino de todos los tiempos. Con los años, su nombre de pila remitió inmediatamente a él por su enorme popularidad y prestigio. Fue un fenómeno que revolucionó la manera de cumplir su función. En esa época el arquero jugaba sólo debajo de los palos, hasta que apareció él, con su estilo salidor, de hombre que achica espacios, el que corta como si fuera un zaguero. Así lo contó: "En mi época era impensable que un arquero utilizara los recursos de cualquier jugador de campo: yo gambeteaba, anticipaba, sacaba rápido con el pie o con la mano para armar el ataque. Así arrancaban muchas jugadas que terminaron en gol". Claro, había empezado de centrodelantero en su Rufino natal. Le pegaba muy bien a la pelota y, además, trataba de interpretar cómo iba a evolucionar la jugada de un delantero rival. Dominaba el área. Y también atajaba penales, para los que tenía su técnica: "Mi secreto era amagarle al delantero". Innovador, anticipado al futuro, fue el primero en usar guantes especiales (en 1957, lo adoptó de un viaje a Italia, donde ya algunos colegas los utilizaban). Es, también, el inventor audaz que un día, contra Racing, se puso delante de la barrera ante un tiro libre indirecto cercano a su valla, y tapó después el remate franco a Corbatta.
Tuvo duelos imborrables con algunos delanteros, porque naturalmente todos querían enorgullecerse de haberle hecho algún gol al gran Amadeo. Pasó con Borello, Sanfilippo, Picot, más algunas picardías que intentaron Ángel Rojas y Carone. Sufrió el bajón de Suecia 58, con la Selección, pero recuperó su gigantesca estatua futbolística en el 64 cuando, contra el Brasil de Pelé, le atajó un penal a Gerson, dio una lección magistral, terminó con la valla invicta ante importantes rivales a nivel internacional (Inglaterra, Brasil y Portugal) y Argentina se quedó con la Copa de las Naciones.
Hubo un partido clave en su carrera, con derivaciones contrastantes: se afirmó como ídolo total en River y engendró un odio bostero para toda la vida. El episodio fue su gambeta a Borello, después de anticiparlo, en el partido de 1954 que River ganó 3-0.Pareció una canchereada, pero él así la justificó: "Salí a anticipar y me fui del área; Borello quedó detrás de mí, cerca del arco. Como vi un espacio, me abrí, él vino de atrás y yo le amagué pero me fui por el otro lado. Me quedé de frente a mi arco. No iba a volver al arco para tirarme arriba de la pelota como un idiota... Habría sido un papelón. Entonces seguí la jugada y se la di a Vernazza".
Desde entonces, no fueron cómodas sus actuaciones de visitante contra Boca. Que Valentim, que el nerviosismo por las provocaciones... Se la tenían jurada desde aquella vez que le hizo pasar vergüenza a Borello. Si al día siguiente le pintaron el frente de su casa con insultos y le arruinaron su auto...
Su último superclásico, en 1968, lo jugó a full, con una actuación sensacional en un partido que quedó en la historia también porque, a la salida, ocurrió una tragedia en la que murieron 73 espectadores, apiñados en la Puerta 12 del Monumental. También fue el día en que Ángel Rojas le sacó la gorra a Amadeo antes de comenzar el partido. Sólo resultó una anécdota magnífica por la grandeza de un ídolo como él, quien cumplía la última temporada de su impresionante carrera en River. Ese año batió el récord de permanencia con la valla invicta: 769 minutos, que se cortaron contra Vélez. El partido se paró para honrar al viejo maestro del arco con un abrazo colectivo. Fue un merecido premio tras 23 años de carrera.
Se fue de River en diciembre, con 42 años y un pase libre que le permitió jugar dos temporadas en Millonarios de Colombia, donde también estableció un récord invicto (490 minutos). Su sentimiento riverplatense lo ha acompañado siempre en su retiro. Su vinculación oficial con el club la desarrolló en el departamento de relaciones públicas, y hasta en edad avanzada se daba el lujo de calzarse los guantes en partidos de homenaje que convocaban a las máximas glorias de la historia millonaria.
Amadeo fue un hombre que trascendió largamente la cancha y los 90 minutos. Su pinta hacía que las mujeres se interesaran por el fútbol. En medio del partido solía tirarle besos al sector femenino, que se derretía en suspiros. "Cuando yo me retiré, desapareció esa platea". Era un personaje.
Ya retirado, desandó las pasarelas, con su 1,90 metro. Le dedicaron un tango y él dedicó cientos de dibujos de su propia mano. No sólo había sabido atajar: logró transmitir sus conocimientos en un libro y hasta definió como nadie la enorme responsabilidad de atajar para la Banda: "El arco de River es el más grande del mundo".
Trayectoria
1945-1968 River Plate (Argentina)
1969-1970 Millonarios de Bogotá (Colombia)
Números en River
545 Partidos jugados
521 Partidos locales
24 Partidos internacionales
7 Títulos (Torneo 1945,1947, 1952, 1953, 1955, 1956 y 1957)
18 Penales atajados
768 minutos con la valle invicta (en 1981, Barisio le quebró la marca)
Es el mejor arquero Sudamericano del Siglo, según la FIFA.
Escribió 2 libros , con ayuda de alfredo Di Salvo: "Amadeo, el arte de atajar" y "Amadeo Carrizo".
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